Toma el sol con conocimiento
Llega el verano y es en esta época del año cuando la exposición solar es más alta. La energía solar es necesaria para la vida, pero su exposición prolongada puede jugarnos malas pasadas y la situación todavía se puede agravar más si lo hacemos de manera incorrecta.
Hoy en farmaconsejor te hablamos de cómo prevenir las quemaduras solares y
evitar problemas dermatológicos graves. Presta atención!
Protector solar: tu mejor aliado.
No lo dudes nunca, la mejor
compañía para los ratos de exposición al sol es el protector solar. Y no uno
cualquiera, debe tener un factor de protección solar (FPS) adecuado a tu tipo
de piel.
El factor de protección solar es
el tiempo de exposición que una persona puede pasar sin sufrir quemaduras
solares. Este factor está relacionado
con otro parámetro, que se denomina fototipo e indica la capacidad que tiene
cada piel para asimilar y defenderse de la radiación solar.
A continuación, en la imagen
podrás determinar qué factor de protección solar se ajusta más a tu piel según
el fototipo al que pertenezcas.
Como puedes observar, cada piel
tiene sus propias características y unas son más sensibles que otras. Es muy
importante que conozcas tu fototipo y utilices el protector solar adecuado.
De lo contrario, estarás mal
protegido y no tardarás en comprobar los primeros síntomas: piel enrojecida y
sensible al tacto, ampollas y descamación a los días de la exposición. Y eso no
es todo, no olvides que las quemaduras solares producen daño permanente, que a
largo plazo pueden desencadenar en cáncer de piel.
Aquí van algunos consejos que
debes saber para un correcto uso del protector solar:
- Antes de tomar el sol, evita el uso de productos que contengan perfumes y alcohol. Evitarás la aparición de manchas oscuras en la piel.
- La piel tiene que estar limpia, hidratada y libre de maquillaje antes de usar el protector solar.
- Aplicar el protector 30 minutos antes de la exposición solar para que la piel tenga tiempo de absorber el producto.
- Repetir la aplicación cada dos horas y tras el baño.
- No utilizar los protectores solares de un año para otro.
Horas centrales del día: huye del sol.
Durante esta franja horaria central
(11:00-16:00 horas) evita la exposición al sol. Es cuando los rayos solares
tienen mayor incidencia sobre nosotros y son más agresivos. Busca una zona
sombreada y fresca para resguardarte del sol.
Ropa cómoda, holgada y de colores claros.
En verano, utiliza ropa cómoda,
fabricada con tejidos que favorezcan la transpiración (evita tejidos
sintéticos), y al ser posible de colores claros, ya que reflejan mejor los
rayos del sol. No debes olvidar tampoco de proteger la cabeza con gorras o
sombreros y utilizar gafas de sol para evitar daños oculares.
Cuida tu alimentación.
La alimentación durante la
exposición solar es muy importante. Es recomendable consumir fruta fresca,
verduras y cereales ya que aportan un alto contenido de fibras y antioxidantes
que previenen el envejecimiento cutáneo. Junto con todo lo anterior, no olvides
nunca una botella de agua, mantener la hidratación es fundamental. Por otro
lado, es desaconsejable el consumo de bebidas alcohólicas o con cafeína.
Después
de la exposición, continua con la protección.
El cuidado de la piel tras la
exposición solar no finaliza tras la exposición. Después de tomar el sol, la
piel se encuentra en un estado “alterado”
por el cloro o la sal, aire seco, sol, etc. Es recomendable tomar una ducha con
jabones que contengan pocos perfumes y después, utilizar una crema hidratante
(o after sun) que refresque y calme
la piel.
Ya sabes, este verano no te la
juegues con el sol, utiliza siempre protección y sigue nuestros consejos,
conseguirás un bronceado natural y lo sobre todo saludable!
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