Se acerca el verano y es en esta
época cuando gran parte de la población decide seguir una dieta, cuidar su
alimentación y hacer algo de ejercicio. El propósito no es otro que lucir buen
cuerpo en verano, sin embargo, estas decisiones que se toman a la ligera deben
tenerse más en consideración ya que estamos hablando de salud.
Hoy en farmaconsejor vamos a hablar
de las dietas y las reglas de oro que
hay que tener en cuenta cuando estamos
inmersos en una de ellas.
Para empezar, tenemos que tener
claro que no existe la dieta perfecta
o las dietas milagro, esas que
prometen un una rápida pérdida de peso en poco tiempo y sin esfuerzo. Estas
dietas se basan en una restricción calórica muy estricta que, a corto plazo,
pueden resultar exitosas. A largo plazo la situación es la contraria, resultan
en situaciones de carencias en proteínas,
minerales y vitaminas, además de alteraciones metabólicas graves que
pueden peligrar nuestra salud.
Antes de escoger una dieta, pensemos qué es lo que
queremos y cómo nos comportamos frente a los alimentos. La cuestión está en
tomar las decisiones alimentarias correctas que nos permitan adelgazar de
manera saludable, en base a nosotros mismos y nuestra situación actual.
Existen cantidad de dietas en
función de los requerimientos de la persona (depurativas, evitar el colesterol
y la hipertensión, durante los meses de embarazo, para la menopausia, entre
muchas otras). Todas ellas, aparte de unas conductas alimentarias especificas,
tienen en común unas reglas básicas. Las reglas
de oro que no sólo forman parte de una dieta, sino también de un estilo de
vida saludable:
- Di NO a los carbohidratos refinados y alimentos altamente procesados.
No
nos hacen ningún favor a nuestra salud. No contienen apenas nutrientes, se
digieren rápidamente y ocasionan un aumento de azúcar en sangre que, puede ser
beneficioso si queremos un golpe de energía inmediato, pero si no nos
deshacemos de ellos con ejercicio físico se transforman en un residuo tóxico
que dificulta el correcto funcionamiento del organismo. Además de ser
adictivos, están relacionados con ocasionar resistencia a la insulina y
producir diabetes tipo II.
Si quieres una
fuente saludable de carbohidratos, apuesta por los naturales y realmente integrales:
pan, legumbres, cereales integrales, etc.
- Verduras, frutas y vegetales: Hasta el infinito y más allá.
Piensa
en verde y acertarás. Rodéate de hortalizas, frutas y frutos secos. Son una
gran fuente de vitaminas y minerales, compuestos antioxidantes y polifenoles.
Son alimentos bajos en calorías y ricos en fibras. La regla de cinco al día
puedes sobrepasarla sin problema, no te vas a arrepentir.
- Proteínas, la estructura de nuestro cuerpo.
- En ocasiones como grasas…de las buenas.
Añadir
frecuentemente grasas a nuestra dieta no es malo siempre y cuando éstas sean
grasas saludables. Una dieta completa debe contener también ingesta de grasas.
Carnes magras, pescados grasos (salmón, caballa, sardina, arenque…), aceite de
oliva y demás alimentos ricos en ácidos grasos omega 3 (frutos secos y semillas)
son muy recomendables.
- Disfruta comiendo.
La
dieta no tiene que ser una cárcel. No se trata de pasar hambre como si fuera
una penitencia. Aprende a alimentarte de
manera saludable e ingiere alimentos ricos en nutrientes y de los que te
sientas bien comiéndolos. Incluye también alimentos prohibidos en una cantidad ajustada y de manera esporádica.
Estas cinco reglas acompañadas de
actividad física diaria son la fórmula perfecta para conseguir no sólo perder
peso y lucir un cuerpo bonito, sino que también son la clave en la prevención
de muchas enfermedades y la consecución de una vida sana.
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